martes, 13 de abril de 2010

Rompecabezas intratable

Los sentimientos afloran, la ignorancia se cierne, imagina un mundo correspondido donde las tonalidades oscuras sean simples desavenencias del tiempo.
La existencia debería ser un regalo fácil, apetecible, agradable y no un rompecabezas puesto boca abajo donde uno está expuesto a lo aleatorio, al desconocimiento, es decir, al todo.


Los días tienen derecho a cambiar, a corregir sus estados de ánimo, pueden salir altivos, seguros e imparables, pero en otros momentos les apetece esconderse en sus pensamientos, tomarse un descanso, coger fuerzas y sopesas las elecciones tomadas. Ya se ha levantado una pieza y no hay vuelta atrás, toca hacer el esfuerzo de levantarse y enfrentarse al premio. Difuminas lo malo y sonríes, dejando patente la felicidad ficticia. Miras a lo que pudo ser, a lo que te gustaría que fuera y te preguntas… ¿Por qué yo no?, ¿acaso hice trampas en mi partida anterior?


Te da por pensar, valorar aun más lo que tienes enfrente, sabes que esa pieza siempre estará boca abajo pero por lo menos ella sabe que existes, te resignas y sabes que esta es tu victoria, no la victoria de cada uno pero si la que te ha tocado recibir.


Te levantas un día más, miras por la ventana y te fijas si esta vez le ha dado por levantarse altivo o agotado, en realidad te da igual, porque lo único importante está dentro de ti, en el fondo sabes que tienes la suerte de saber la existencia de dicha pieza y que pese a estar boca abajo puede hacerte del día un día diferente.

Saludos, amigos lectores.
Raúl